Estar al interior de una fábrica de muñecas para tener sexo, viendo todo ese plástico desnudo tomar forma, es más extraño que emocionante.
Si tuviéramos la oportunidad de permanecer todo el día viendo de cerca el proceso de fabricación de las sex dolls, podríamos considerar que nos encontramos en una serie tétrica. O una película de terror con suspense.
No obstante, es interesante y perturbador ver la mezcla de productos que forman parte del cuerpo. Un rompecabezas con los pezones, el vello púbico, maquillaje, ojos, dientes. Todo para ofrecer muñecas capaces de satisfacer los deseos más inocuos.
interesante vídeo… pero algo atemorizante… ver a esas muñecas con la mirada vacía me recuerda una creepypasta…
Lloré!!